EL FLOW DEL ABOGADO
- juancarlospuelloa
- 26 may
- 7 Min. de lectura
Cómo encontrar plenitud y productividad en una profesión exigente
El principio del Flow, desarrollado por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi, describe ese estado mental en el que una persona está completamente inmersa en una actividad, con enfoque total, energía involucrada y una sensación de disfrute y propósito. Aplicado al día a día del abogado, este principio puede convertirse en una herramienta poderosa para transformar una jornada llena de plazos, audiencias y demandas en una experiencia más satisfactoria, eficiente y significativa.
Ser abogado no es solo una profesión, es una forma de estar en el mundo. Quien ejerce el derecho, especialmente desde el litigio, sabe que los días transcurren entre audiencias, demandas, escritos, reuniones, llamadas, resoluciones, plazos, trámites, más plazos y más trámites. Es fácil sentir que uno está atrapado en una rueda que gira sin parar. El desgaste es real. La desconexión también.
Sin embargo, ¿es posible vivir esta profesión con otra energía? ¿Se puede encontrar satisfacción profunda en medio del caos procesal? ¿Puede un abogado sentirse pleno redactando un escrito o argumentando en audiencia? La psicología moderna dice que sí. El secreto está en un estado mental llamado Flow.
Este artículo explora cómo el principio del Flow, desarrollado por Mihály Csíkszentmihályi, puede aplicarse al día a día del abogado para transformar su experiencia laboral. No se trata solo de rendir más, sino de trabajar mejor, con más sentido, presencia y disfrute.
¿Qué es el Flow?
El Flow es un estado mental en el que la persona se encuentra completamente inmersa en la actividad que realiza. Hay una fusión entre la acción y la conciencia. El tiempo parece diluirse. No hay espacio para la ansiedad ni para el aburrimiento. Solo existe el momento presente, el reto que se está enfrentando, y la sensación de estar plenamente capacitado para hacerlo.
Este estado ha sido ampliamente estudiado en artistas, atletas, cirujanos, músicos y programadores. Pero también es alcanzable en cualquier otra profesión, incluido el derecho.
Las condiciones que propician el Flow son claras:
Un desafío claro, que requiera un esfuerzo proporcional a nuestras habilidades.
Objetivos definidos.
Retroalimentación inmediata.
Enfoque absoluto, sin distracciones.
Un sentimiento de control sobre lo que se hace.
Desaparición de la autoconciencia (no te juzgas mientras actúas).
Distorsión positiva de la percepción del tiempo (el tiempo “vuela”).
¿Puede un abogado encontrar ese estado en medio de su jornada? La respuesta es sí, y de eso se trata este artículo.
La jornada del abogado: entre el caos y la posibilidad
El abogado moderno enfrenta una serie de tensiones que dificultan la experiencia del Flow. Algunas de las más comunes son:
La sobrecarga de trabajo: demasiados asuntos, poco tiempo.
La fragmentación de la atención: múltiples tareas interrumpidas por llamadas, correos, mensajes.
El estrés por los resultados: decisiones judiciales inciertas, clientes exigentes.
La burocracia legal: procesos largos, lentos, a veces absurdos.
La constante urgencia: todo es para “ayer”.
Aun así, hay momentos en la jornada de un abogado en los que puede vivirse el Flow:
La preparación de una demanda donde los argumentos se enlazan con precisión.
El análisis profundo de jurisprudencia para armar una estrategia sólida.
Una audiencia oral donde el abogado argumenta con claridad y presencia.
La revisión detallada de un contrato en silencio, con total concentración.
La escritura de una opinión legal con enfoque sostenido y sentido de propósito.
La clave está en reconocer estos momentos, entender qué los hace posibles y luego aprender a cultivarlos.
¿Cómo aplicar el Flow al ejercicio de la abogacía?
1. Diseña bloques de trabajo profundo
El trabajo jurídico requiere pensamiento complejo. No puede realizarse bien en medio de interrupciones constantes. Una de las formas más efectivas de entrar en Flow es crear bloques de trabajo profundo, donde se reserve entre 60 y 90 minutos para una sola tarea: redactar, analizar, revisar, pensar.
Durante este tiempo, se deben silenciar notificaciones, evitar reuniones y comprometerse con una sola acción. Al principio puede ser difícil sostener la atención, pero con práctica se vuelve natural. El cerebro se entrena para entrar más fácilmente en ese estado de concentración total.
2. Convierte las tareas rutinarias en desafíos significativos
Muchos abogados encuentran monótonas ciertas tareas repetitivas: redactar escritos, revisar contratos, presentar oficios. Pero si se les da un sentido mayor o se convierten en microdesafíos (como mejorar la claridad, acortar el texto sin perder fuerza, anticipar contraargumentos), el cerebro responde con mayor compromiso.
El Flow no exige que la tarea sea extraordinaria. Solo que presente un reto adecuado. El secreto está en elevar el nivel del compromiso interno.
3. Alinea lo que haces con un propósito
No hay Flow sin implicación emocional. Cuando la tarea que se realiza tiene un sentido, todo cambia. El abogado que defiende a un cliente vulnerable, que se enfrenta al poder con valentía, o que protege un proyecto en el que cree, tiene más probabilidad de vivir en Flow que aquel que trabaja en piloto automático.
El propósito no siempre está en el caso en sí. A veces está en la excelencia profesional, en el deseo de hacer bien el trabajo, en el crecimiento personal o en la construcción de una reputación ética.
4. Usa el cuerpo como aliado
El Flow también es físico. Un abogado que cuida su energía, que duerme bien, que se alimenta de forma consciente y se mueve durante el día, tiene más posibilidades de acceder a este estado.
El cuerpo cansado impide la concentración. Por eso, las pausas activas, la respiración consciente, la postura corporal y el cuidado físico no son lujos: son herramientas de trabajo.
5. Haz una cosa a la vez
La multitarea es enemiga del Flow. Aunque el trabajo jurídico exige gestionar varios asuntos a la vez, se puede aplicar la regla de la unidad de foco: cada tarea merece atención completa por un periodo de tiempo delimitado.
Responder un correo con atención. Escuchar a un cliente sin pensar en lo siguiente. Redactar sin revisar el teléfono. Eso es Flow.
Obstáculos comunes al Flow en la abogacía (y cómo superarlos)
A. El miedo al error
Muchos abogados se paralizan o interrumpen su concentración por temor a equivocarse. El Flow requiere soltar el juicio interno mientras se actúa. La revisión vendrá después. En el momento del hacer, se necesita confianza, entrega y suspensión de la crítica.
B. La adicción a la urgencia
Vivir apagando incendios da la ilusión de productividad, pero impide la profundidad. Programar tareas importantes, aunque no urgentes es clave para cultivar el Flow. Lo urgente no debe comerse lo esencial.
C. El agotamiento crónico
El Flow necesita energía. El cansancio extremo lo bloquea. Un abogado que trabaja 14 horas diarias sin descanso no entra en Flow: entra en modo supervivencia. La gestión del descanso es una forma de disciplina.
D. El exceso de control
El Flow implica cierta entrega, una pérdida del ego controlador. El abogado que intenta tenerlo todo bajo control constantemente se cierra a la espontaneidad del momento. Confiar en lo aprendido, en la preparación y en la intuición también forma parte del oficio.
El Flow como estrategia profesional
Trabajar en Flow no solo hace que el día a día sea más llevadero. También mejora la calidad del trabajo jurídico. Los escritos son más claros, las estrategias más coherentes, la comunicación más auténtica. Y el cliente lo nota.
Además, el abogado que cultiva el Flow es menos propenso al burnout. Disfruta más de su profesión, se conecta con su vocación y se diferencia no solo por lo que hace, sino por cómo lo hace.
El Flow no es un lujo. Es una necesidad en una profesión tan exigente como el derecho. No siempre se alcanza, y no se puede forzar. Pero se puede crear el contexto adecuado para que aparezca.
El abogado que busca el Flow no escapa del caos: lo atraviesa con otra actitud. No deja de trabajar duro: trabaja mejor. No renuncia al litigio: lo vive como un arte. Porque cuando la mente, el cuerpo y la acción se alinean, la abogacía deja de ser solo una profesión. Se convierte en una experiencia.
Nota:
Csíkszentmihályi, Mihály: Flow: The Psychology of Optimal Experience. Harper & Row, 1990.El libro fundamental donde el autor introduce y desarrolla el concepto de Flow como estado óptimo de experiencia humana.
Creativity: Flow and the Psychology of Discovery and Invention. Harper Perennial, 1996.Extiende la teoría del Flow a los campos creativos, aplicable a la redacción jurídica y la estrategia legal.
Newport, Cal: Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World. Grand Central Publishing, 2016. Conceptos clave sobre concentración profunda, trabajo significativo y cómo evitar la fragmentación de la atención.
Seligman, Martin E. P.: Flourish: A Visionary New Understanding of Happiness and Well-being. Free Press, 2011. Ofrece el marco del bienestar (PERMA), dentro del cual el Flow es uno de los componentes esenciales.
Kegan, Robert & Lahey, Lisa Laskow: Immunity to Change: How to Overcome It and Unlock the Potential in Yourself and Your Organization. Harvard Business Press, 2009.Para entender por qué profesionales altamente competentes como los abogados a menudo se resisten a cambiar hábitos y formas de trabajo que podrían llevarlos a estados de mayor bienestar como el Flow.
Dweck, Carol S.: Mindset: The New Psychology of Success. Random House, 2006.Fundamenta la relación entre el reto, la actitud ante el error y el aprendizaje constante — claves para entrar en Flow.
Covey, Stephen R.: The 7 Habits of Highly Effective People. Free Press, 1989.Incluye principios de proactividad, enfoque y alineación con el propósito, que permiten cultivar condiciones para el Flow profesional.
Sánchez, Pablo (coord.): La salud mental del abogado. Editorial Tirant lo Blanch, 2022.Una visión integral sobre los riesgos psicoemocionales del ejercicio jurídico y cómo herramientas como el Flow pueden prevenir el desgaste profesional.
Ariely, Dan: Predictably Irrational: The Hidden Forces That Shape Our Decisions. HarperCollins, 2008.Explora cómo funciona la atención y la motivación humana en contextos profesionales, útiles para comprender los bloqueos al Flow.
Lencioni, Patrick: The Truth About Employee Engagement. Jossey-Bass, 2015.Habla sobre el involucramiento laboral y cómo la conexión emocional con lo que se hace favorece el rendimiento y la satisfacción.
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